Arthur C. Clarke es uno de los escritores más reconocidos
de la CF mundial. Tengo que decir que no he leído muchas
obras de él por ahora, la serie de Rama y Venus Prime II Torbellino son mis únicas experiencias
con este autor. Y no demasiado satisfactorias precisamente.
Cánticos de la lejana Tierra es una novela sencilla
que busca más la especulación científica que
la complicidad con el lector. Se lee bien, tiene un argumento de
base bastante interesante y no deja de ser una obra correcta. Pero
aquí acaba todo: Los personajes no están desarrollados,
no tienen profundidad, actúan como por inercia. Clarke no
sabe transmitir sus emociones y los presenta muy fríamente.
Las relaciones entre ellos son a menudo confusas, sin demasiado
sentido. Además se olvida de ellos muchos capítulos
por volverlos a introducir más adelante. No hay una coherencia
en este aspecto
Clarke es capaz de mantener al lector leyendo sin aburrirlo pero
no consigue nunca engancharlo a la lectura, crearle una adicción
por la historia. Los capítulos son cortísimos y ayudan
a adelantar la novela, pero a veces tienes la sensación de
que estén diseñados para un público poco exigente.
El principal defecto de la obra es que tiene un argumento interesante
pero sin explotar: La Tierra y de paso todo el sistema solar es
destruido por un accidente natural. La humanidad, que ya sabía
lo que le venía encima, ha estado enviando naves para colonizar
otros mundos para evitar la extinción total de la raza humana.
Uno de estos mundos es Thalassa, un planeta casi completamente cubierto
por agua. Allá viven felizmente una de las primeras expediciones
humanas enviadas lejos de la Tierra, pero ahora llega otra, enviada
siglos más tarde y que posee una tecnología superior.
Este punto de partida, como decía, es francamente innovador,
y Clarke abre las puertas a la especulación sobre la evolución
humana tanto en el campo de la cultura, como de la ciencia, pero
no profundiza en ninguna de ellos. Incluso la posible vida inteligente
extraterrestre que es un tema muy rico y dónde se podría
tener una buena historia -siempre bajo los parámetros científicos
en que se basa Clarke en sus obras- se deja algo de lado a favor
de otros temas psicológicos que no llevan a ninguna parte.
En general pues, tenemos entre las manos una especulación
sobre la colonización de otros planetas en un momento de
extrema crisis, al fin y al cabo narrado de forma sencilla y amena
pero con un argumento que le falta desarrollo. Prácticamente
no pasa nada una vez las bases de la línea argumental seestablecen
en la novela. Tan sólo ligeros hechos especulativos que te
ayudan a finalizarla pero no a otorgarle una buena valoración.
Al menos la novela sirvió de inspiración a Mike Oldfield
para componer todo un clásico dentro su discografia:
The Songs of distant Earth.
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